El Cuerpo de Carabineros de España fue un cuerpo armado cuya misión era la vigilancia de costas y fronteras y represión del fraude y el contrabando, creado en 1829 e integrado en la Guardia Civil en 1940. Tenían presencia en las fronteras terrestres, provincias marítimas y en Madrid.  En la comarca de Sierra de Gata, el cuerpo de Carabineros, se encargó de la vigilancia y control de la frontera con el vecino pais de Portugal. Concretamente, en el término de Cilleros, con casi 15 kilómetros de frontera, contaban con varios puestos: el más importante era la Casa de Carabineros de Cañete, en la Fuente de la Vieja, cuartel donde se encontraba el grueso de cuerpo, con otros puestos de guardia secundarios; hacia el sur se encontraba el chozo de Carabineros del Mocho, para controlar la parte de Fuente Santa (Termas de Monfortinho), mientras que hacia el norte, contaban con las casetas de la Minguillana y de la Naveta.





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Sierra de Gata hace frontera por el oeste con los concelhos portugueses de Penamaçor e Idanha-a-Nova, que durante muchas etapas históricas han formado común con las poblaciones de Sierra de Gata y tienen tanto patrimonio, naturaleza y encanto como las que más. Esta ciudad, fundada por los romanos en el siglo I a. C. y capital de Civitas Igaeditanorum es un auténtico museo al aire libre. De esta primera época se conservan las murallas de 750 metros de perímetro, con seis torres cilíndricas y una rectangular, 2 puertas, un balneario, un templo, un molino de aceite, calzadas, un puente y cientos de inscripciones que se pueden observar en el museo local.






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La historia sobre las tumbas es corta, porque escasos o nulos han sido nuestros conocimientos sobre estas necrópolis; para la gente de los pueblos en la mayoría de los casos su nombre era: "Las tumbas de los moros". ¿Por qué las llamaban así? La razón habría que buscarla en la casi total ausencia de símbolos religiosos o profanos y en las relaciones que habrían tenido con el mundo musulmán. Cuando encontraron esos signos, eran tan exíguos, que no se atrevían a determinar que una simple cruz visigótica o griega, con un arco mozárabe de herradura, tuvieran relación con una historia de Repoblación, parecida a la que nuestros mayores habrían iniciado unos siglos después.





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Cual acontece a la mayoría de las fortalezas medievales, la de Trevejo se halla muy deteriorada en la actualidad; más, ello no obstante, afloran en su solar trozos de muralla, paredones y otros restos suficientes que nos permiten observar, con muy aproximada exactitud, sus principales elementos constructivos. Se inició la ruina en la gran mole del fuerte de Trevejo a finales del siglo XVIII, y fueron precisamente los acontecimientos bélicos de nuestra guerra de la Independencia los que, según determinado cronista, contribuyeron a su ruina y abandono. Cabe admitir que fue volado y derruido intencionadamente por los franceses. Completose su ruina años más tarde al arrancar de sus muros las magníficas piedras labradas que le daban belleza y solidez.






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